jueves, 8 de noviembre de 2018

EL RITMO



EL RITMO

Todo tiene su ritmo. Nuestros gestos y movimientos se desarrollan siguiendo una determinada pauta rítmica. Para Platón el ritmo era “orden en el movimiento”. Así el ritmo es “expresión de la propia dinámica interna, de la propia energía” y modela o representa una pauta de relación específica. El ritmo, además puede ser una herramienta y un camino para nuestra construcción armónica (Toro, 2010).

Son varios los autores, dentro del ámbito de la Expresión Corporal, los que se han referido o descrito el ritmo. Así encontramos a Stokoe (1967) que lo define como "Corporización del ritmo, música y la palabra", para Ossona (1984) son "Ejercicios de análisis de forma temporal" y para Schinca (1988) es la "Toma de conciencia del tiempo".

Se entiende por ritmo el orden acompasado en una sucesión de cosas. Es uno de los elementos básicos de la música y está presente en la vida de las personas desde antes de nacer. Dentro del ritmo podemos encontrar el ritmo sonoro y el ritmo corporal.

RITMO CORPORAL

Puede ser de interno o externo dependiendo de quién establezca el orden acompasado. El ritmo interno lo establecemos nosotros (frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria, etc.). Y el ritmo externo lo establece un agente externo como la música, sonidos, percusión, etc.
Una de las actividades que desarrolla de forma especial el sentido rítmico, es la danza, que se puede entender como la interpretación intencional de un ritmo o de una música (Ortiz, 2008). Pero para poder llevarla a cabo en la escuela debemos conocer y utilizar de manera adecuada todos los elementos básicos del ritmo (Ortiz, 2008):
1.    Pulsos: son los tiempos o pulsaciones del ritmo, es decir, es la sucesión continua e ininterrumpida de pulsos.
2.    Acentos: son las pulsaciones que destacan en intensidad y se repiten de forma periódica.
3.    Tempo: es la frecuencia media del pulso musical, es decir el número de pulsaciones de una melodía en un minuto. Es el número de movimientos por unidad de tiempo.
4.    Frase musical: es la agrupación de ocho tiempos o pulsos seguidos, donde el primer pulso estaría acentuado.
5.    Compás: es la métrica del ritmo.
Otros autores incluyen otros contenidos relacionados con el ritmo como el uso de la palabra como soporte rítmico del movimiento, el uso de instrumentos de percusión, la interiorización y reproducción de aspectos temporales, etc.

Es importante introducir la educación rítmica en la escuela con el objetivo de desarrollar destrezas rítmicas y musicales, la percepción y la coordinación del movimiento y el sonido, etc., que fomenten la autonomía y desarrollo psicomotor de los niños, así como la discriminación de tiempos y ritmos, etc. Les ayuda a identificar y expresar emociones, a experimentar diferentes estados de ánimo (calma, alegría, excitación…), la diversión y el bienestar, mejora la relación entre iguales, el estado de concentración, etc.
La música es un instrumento pedagógico importante en el tratamiento de la motricidad y ofrece una serie de valores didácticos. No puede reducirse a la sola función de soporte rítmico del movimiento, sino que hay que saber explotar toda su riqueza. En danza, la música es fuerza motivadora que potencia la sensibilidad hacia el ritmo y la Expresión Corporal, genera el placer de ejecución del movimiento y provoca la atención por la estética del mismo.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Hurtado, P. V., & Carrizosa, M. V. (2002). Los fundamentos teórico-didácticos de la educación física. Madrid: Ministerio de Educación.
Motos, M. (1983). Expresión corporal. Madrid: Alhambra
Ortiz, M. (2008). La danza libre y la composición coreográfica en el ámbito educativo. En S. Galo, J. Coterón, J. Gil y A. Sánchez (eds.). El movimiento Expresivo (pp. 211-218). Salamanca: Amarú ediciones.
Ossona, P. (1984). La educación por la danza. Enfoque metodológico. Barcelona: Paidós.
Schinca, M. (1988). Expresión Corporal. Bases para una programación teórico-práctica. Madrid: Escuela Española.
Stokoe, P. (1967). La Expresión Corporal y el niño. Buenos Aires: Ricordi.
Toro, J.M. (2010). Descanser. Descansar para ser. Bilbao: Desclée de Brouwer.



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